viernes, 6 de julio de 2007
De nuevo, los lunes al sol. Cándido y Morala LIBRES
PIRAVAN TV
Sus familias y compañeros reciben la libertad de los sindicalistas asturianos presos durante veinte dias y condenados a tres años en la carcel de Asturias
miércoles, 6 de junio de 2007
Hallan 24 especies desconocidas en el desconocido Surinam
Si fascinantes resultan las veinticuatro especies descubiertas por la organización Conservation International en el país que conserva una de las selvas más intactas del Amazonas, más fascinante resulta el propio país que las alberga. Este país, el más pequeño de Sudamérica y con frontera al este con la Guayana Francesa -por lo que limitaría con la Unión Europea, según wikipedia- alberga a una población de poco más de 400.000 habitantes. Pero lo más llamativo en mi opinión es el origen de los numerosos grupos que la componen. La mayor de ellos son los "Hindustani", descendientes de inmigrantes del Siglo XIX de la India, cerca del 37% de la población. Los "criolleros", representan el 31%, mientras que los Javaneses ("traídos" de las ex Indias Orientales Holandesas) y "Maroons" (descendientes de esclavos escapados africanos) hacen el 15 y 10 % respectivamente. El resto está formado por indios, chinos y blancos.
Sin entrar en la influencia del colonialismo de los Países Bajos en la situación actual de este país, sí destacar otra curiosidad. Tan exhuberante, rico y estratégico resultaba este país para las potencias colonialistas, que en el Tratado de Breda (1667), por el que Inglaterra y las Provincias Unidas de los Países Bajos firmaron la paz, que éstas últimas, siendo las dominantes en las negociaciones, le cedió Nueva York y Nueva Jersey a Inglaterra a cambio de Surinam, entre otros asentamientos.
En tiempos de cambio climático, desaparición de especies, catástrofes naturales y demás masacres medioambientales, Surinam se me presenta como un Arca de Noé a la que anclar mi esperanza.
viernes, 1 de junio de 2007
Me cuelo en tu tertulia
Me cuelo en tu tertulia como siempre he entrado en tu casa. "¿Se puede? Vengo a ver contigo el atardecer, y luego si quieres vamos al cine y te cuento historias hasta que me tapes la boca para poder dormir. Y ya de paso vemos amanecer".
La casa de Patri siempre ha estado abierta. A veces incluso me bastaba la llave del candado de su bicicleta para entrar en su fortaleza y encontrarla al fondo del pasillo, envuelta en seda, radiante por los últimos rayos del sol del día que se colaban por su terraza y el calor de su estufa, aún encendida en primavera.
Ni siquiera tuve que llamar aquella tarde de de otoño que creí desfallecer, ni la que resucité en mi primavera de amor... Y me llevó de la mano aquellas que sólo nos pertenecen a nosotras. Tintos sobre la mesa, ensalada de pasta (sin vinagre, por favor) para la cena, el aire acondicionado batiéndose contra la avanzadilla del verano (por tu bien prefiero recordarlo encendido..), enfrente la última película que encontramos en el videoclub, a un lado mis sueños, a otro mi eterna compañera de viaje.
De la persona que fuimos quedan dos mil recuerdos, un ventrículo de lo que hoy somos, en tecnicolor.
Sara
La casa de Patri siempre ha estado abierta. A veces incluso me bastaba la llave del candado de su bicicleta para entrar en su fortaleza y encontrarla al fondo del pasillo, envuelta en seda, radiante por los últimos rayos del sol del día que se colaban por su terraza y el calor de su estufa, aún encendida en primavera.
Ni siquiera tuve que llamar aquella tarde de de otoño que creí desfallecer, ni la que resucité en mi primavera de amor... Y me llevó de la mano aquellas que sólo nos pertenecen a nosotras. Tintos sobre la mesa, ensalada de pasta (sin vinagre, por favor) para la cena, el aire acondicionado batiéndose contra la avanzadilla del verano (por tu bien prefiero recordarlo encendido..), enfrente la última película que encontramos en el videoclub, a un lado mis sueños, a otro mi eterna compañera de viaje.
De la persona que fuimos quedan dos mil recuerdos, un ventrículo de lo que hoy somos, en tecnicolor.
Sara
Sara en technicolor
Una tarde de primavera, El Marido de la Peluquera entró en un saloncito de estudiantes en Sevilla. Sara y Patricia compartían el sofá y la vida, que por entonces se les presentaba como una chistera rebosante de conejos. Sobre la mesa, unos tintos de verano y las gotas de agua, procedentes del aire acondiconado, fueron formando un charquito en la ardiente acera durante aquella tarde en la que volvieron a regalarse un tesoro. Una hermosa pelìcula que las siguiò sumergiendo en ese mundo màgico que habìan ido construyèndose para ellas solas, como una fortaleza en las que regìan sus normas: conciertos, paseos, tardes de confesiones, libros, discos y proyecciones de las que volvìan sonàmbulas, con los pies a un metro del suelo y sabièndose afortunadas y libres. A menudo, Sara llegaba a la casa. Sacaba un libro de su bolsito rojo y se lo regalaba a su amiga mientras le explicaba los pormenores del hallazgo sentada en una silla destartalada en medio de la habitaciòn. Les gustaba escucharse, conocerse porque habìan decidido crecer de la mano.
Por aquellos tiempo, se presentaba como Sara en Blanco y Negro. Ahora, Sara es technicolor. Y, desde la lejanìa, siguen compartiendo joyas como èsta:
Esta maravilla me llegò a travès de otro tesoro, el blog farandwell.blogspot.com Una delicia tanto por la exquisita selecciòn de contenidos como por los textos de su autora. Gracias, farandwell.
Y a vosotros, ¿què tesoros os han regalado los amigos?
Por aquellos tiempo, se presentaba como Sara en Blanco y Negro. Ahora, Sara es technicolor. Y, desde la lejanìa, siguen compartiendo joyas como èsta:
Esta maravilla me llegò a travès de otro tesoro, el blog farandwell.blogspot.com Una delicia tanto por la exquisita selecciòn de contenidos como por los textos de su autora. Gracias, farandwell.
Y a vosotros, ¿què tesoros os han regalado los amigos?
miércoles, 30 de mayo de 2007
La igualdad es el triunfo
El domingo me levanté y no fui a comprar el periódico. No había tiempo que perder con noticias desfasadas gracias a mi adicción a la des/información inmediata a través de Internet. Había que preparar la comida para una larga jornada electoral con la familia, rebuscar entre los cajones los sobres amarillentos, y finjir, sin prestarle demasiado atención a la calidad de la actuación, una falsa ilusión heredada de las pasadas elecciones generales. Había un regusto a conformismo sazonado con el sosiego que da el deber cumplido en la forma en la que mis papeletas se deslizaron por la ranura de las urnas. El almuerzo y la tarde transcurrieron como un simple trámite insalvable hasta que el reloj marcase las ocho, cuando las mayorías de las televisiones seguirían con su programación habitual y sólo unas cuantas nos deleitasen con las previsiones. Los análisis repetitivos conformaban la fiesta de la democracia. Pero poco después empezaron a llegar los resultados, y la fingida compostura de interés empezó a vestirse de apatía. No todo seguía igual, pero, salvo honrosas excepciones, nada iba a cambiar. Cambios de color localizados mientras el statu quo reina sobre el mapa español. Pero, ¿si los resultados respondían a mis insulsas previsiones, por qué este desasosiego? ¿Acaso será el miedo a quedar desenganchada de una más de las convicciones, de uno más de mis pilares como ciudadana y persona? ¿Por qué la pérdida de ilusión?
Pero mientras, Josefina descansaba tranquila y sonriente en un sillón de piel desgastado. Su única compañía era la televisión. Los resultados le recordaban tiempos pasados y difíciles. Pero, con los años, había aprendido que la vida son ciclos y los deja vu dejan de confundirse con sueños para asumirse como parte de la pesada carga que va corvando la espalda. A su edad, ya no se planteaba dudas de si establecer similitudes respondía a rencores pasados. Los discursos eran demasiado parecidos para que le jugase una mala pasada su memoria de vieja, precisamente porque lo que mejor recordaba eran los tiempos pasados. Aquellos tiempos y el día que volvió a Gijón después de un largo exilio en Francia.
Josefina miraba el televisor y sonreía. En un balcón de Madrid, Esperanza Aguirre botaba sobre un manto de banderas, mientras Mariano Rajoy y Alberto-Ruiz Gallardón extrapolaban el triunfo en la capital a todo el país. Mientras, Josefina sonreía porque en la estampa reconocía su propio triunfo. Porque su voto tenía el mismo valor que el de cualquiera de estos tres dirigentes del partido de la oposición, porque su voto contrariaba a los que llamaban a la cordura, porque su voto había sido tildado como proetarra por un ex presidente del gobierno, porque su voto refrendaba a un "Presidente por accidente", porque su voto desobedecía a la Conferencia Episcopal... Porque su voto, el de una pobre anciana, valía lo mismo que el de cualquier ciudadano español, rico o pobre, poderoso o marginal, de derechas o izquierdas. Y eso sí era toda una revolución y todo un triunfo sobre aquellos que juegan a la democracia cuando están en el gobierno y a la crispación cuando no son ellos los elegidos en democracia.
Por ello, recupero la ilusión, las ganas de ejercer mi libertad, mis deberes como ciudadano. Pero, algunos, tildarán al resorte, al tirón de orejas que representa Josefina, de demagogia, de despechos del pasado, de asuntos desfasados como las noticias de hace dos horas. Y sin embargo, lo cierto es que Josefina representa memoria, libertad y justicia.
Pero mientras, Josefina descansaba tranquila y sonriente en un sillón de piel desgastado. Su única compañía era la televisión. Los resultados le recordaban tiempos pasados y difíciles. Pero, con los años, había aprendido que la vida son ciclos y los deja vu dejan de confundirse con sueños para asumirse como parte de la pesada carga que va corvando la espalda. A su edad, ya no se planteaba dudas de si establecer similitudes respondía a rencores pasados. Los discursos eran demasiado parecidos para que le jugase una mala pasada su memoria de vieja, precisamente porque lo que mejor recordaba eran los tiempos pasados. Aquellos tiempos y el día que volvió a Gijón después de un largo exilio en Francia.
Josefina miraba el televisor y sonreía. En un balcón de Madrid, Esperanza Aguirre botaba sobre un manto de banderas, mientras Mariano Rajoy y Alberto-Ruiz Gallardón extrapolaban el triunfo en la capital a todo el país. Mientras, Josefina sonreía porque en la estampa reconocía su propio triunfo. Porque su voto tenía el mismo valor que el de cualquiera de estos tres dirigentes del partido de la oposición, porque su voto contrariaba a los que llamaban a la cordura, porque su voto había sido tildado como proetarra por un ex presidente del gobierno, porque su voto refrendaba a un "Presidente por accidente", porque su voto desobedecía a la Conferencia Episcopal... Porque su voto, el de una pobre anciana, valía lo mismo que el de cualquier ciudadano español, rico o pobre, poderoso o marginal, de derechas o izquierdas. Y eso sí era toda una revolución y todo un triunfo sobre aquellos que juegan a la democracia cuando están en el gobierno y a la crispación cuando no son ellos los elegidos en democracia.
Por ello, recupero la ilusión, las ganas de ejercer mi libertad, mis deberes como ciudadano. Pero, algunos, tildarán al resorte, al tirón de orejas que representa Josefina, de demagogia, de despechos del pasado, de asuntos desfasados como las noticias de hace dos horas. Y sin embargo, lo cierto es que Josefina representa memoria, libertad y justicia.
Tertulia del Lavaderu nace en un rinconcito de Cimadevilla, un hermoso barrio histórico de Gijón. El Lavaderu es la principal plaza de este barrio, un lugar de encuentro que en tiempos pasados fue el lugar donde las mujeres lavaban mientras muy cerca de allí, en lo alto del monte en el que está situado este barrio, ardía alguna hoguera que avisaba a sus maridos, los pescadores, de que había alguna ballena cerca.
Tertulia de Lavaderu surge con la intención de aunar el espíritu de esta plaza y de la antorcha. Un lugar de encuentro donde remojar nuestras ideas, refrescarlas, donde compartir el gusto por la palabra, por expresarnos y escuchar, por conocer y aprender disfrutando mientras aprovechamos este nuevo cauce que son los blogs para alzar nuestra voz como si de una hoguera se tratase. Por ello, por tratarse de una tertulia, la participación en este blog no puede estar restringida a los comentarios o los enlaces y referencias a otros medios de comunicación. Por el contrario, Tertulia del Lavaderu pone a disposición de los lectores el correo tertulialavaderu@gmail.com para que cuando queráis publicar otras propuestas más amplias que los comentarios a lo ya publicado. Cuanto mayor y en sus más variadas formas sea la participación, más nos estaremos acercando al espíritu Tertulia del Lavaderu.
Así pues, seamos todos bienvenidos y queda inaugurada Tertulia del Lavaderu.
Tertulia de Lavaderu surge con la intención de aunar el espíritu de esta plaza y de la antorcha. Un lugar de encuentro donde remojar nuestras ideas, refrescarlas, donde compartir el gusto por la palabra, por expresarnos y escuchar, por conocer y aprender disfrutando mientras aprovechamos este nuevo cauce que son los blogs para alzar nuestra voz como si de una hoguera se tratase. Por ello, por tratarse de una tertulia, la participación en este blog no puede estar restringida a los comentarios o los enlaces y referencias a otros medios de comunicación. Por el contrario, Tertulia del Lavaderu pone a disposición de los lectores el correo tertulialavaderu@gmail.com para que cuando queráis publicar otras propuestas más amplias que los comentarios a lo ya publicado. Cuanto mayor y en sus más variadas formas sea la participación, más nos estaremos acercando al espíritu Tertulia del Lavaderu.
Así pues, seamos todos bienvenidos y queda inaugurada Tertulia del Lavaderu.
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